TODAVÍA.
Todavía recuerdo el día en que celoso
me tumbaste sobre la yerba,
jalaste mi cabello, apretaste mi garganta.
Eras tormenta, furia
y lo único que se te ocurrió
fue penetrarme y declararme tierra colonizada.
Todavía recuerdo ese día…
Me levanté en silencio,
me quité la yerba de encima.
Te di la espalda y caminé sin llorar.
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